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Clima de aula en secundaria
(Ministerio de Educación, 2006; Navarro y Bravo, 2010). La presente inves-
tigación tomará en cuenta estos factores y los abordará como características
docentes.
En primer lugar, las creencias se denen como las aseveraciones o teorías
que cada docente toma como ciertas; se generan a través de sus experiencias
e interacciones cotidianas; y se utilizan para interpretar, dar explicaciones a
situaciones y guiar su comportamiento (Pajares, 1992; Remesal, 2006). El con-
junto de pensamientos docentes puede marcar una pauta en su estilo, pero, al
mismo tiempo, las conductas pueden recongurar los pensamientos del do-
cente (Rosales, 2008). Se ha encontrado que las creencias docentes que inuyen
en la conformación del clima de aula son aquellas creencias que tiene sobre su
rol, como conductor del proceso de enseñanza-aprendizaje y como autoridad
en el aula (Ministerio de Educación, 2006). Por ejemplo, Laudadía y Mazzitelli
(2015) identicaron que los docentes que tienen la creencia de ser los respon-
sables de la organización y la transformación del conocimiento no toman en
cuenta a sus estudiantes, y les dan menos oportunidades para interactuar.
En segundo lugar, el estilo de enseñanza se dene como la forma particu-
lar que presenta un docente al momento de planear, organizar y ejecutar una
clase (Isaza, Galeano y Joven, 2014). Delgado (1991) describe tres tipos: el es-
tilo tradicional, el estilo innovador y el estilo cognoscitivo (citado en Márquez,
2013). El tradicional privilegia las clases magistrales, tiene un enfoque trans-
misioncita de la información, y da pocos espacios para la participación y socia-
lización (Valencia, Galeano y Joven, 2014). En el estilo innovador, se promueve
la participación de los estudiantes en su aprendizaje, y se busca propiciar la so-
cialización y el trabajo colectivo (Valencia et al., 2014; Valencia y Henao, 2012).
Por último, el estilo cognoscitivo utiliza estrategias de descubrimiento guiado
y resolución de problemas, en las que se busca el aprendizaje activo y signica-
tivo, que promueve la indagación y experimentación del estudiante (Valencia
y Henao, 2012). El estilo innovador y el cognoscitivo están relacionados con
un mejor aprendizaje y clima de aula (Valencia y Henao, 2012; Valencia et al.,
2014). En contraste, Schaefer y Zygmont (2003) concluyeron que los estilos
más tradicionales, centrados en el profesor, no favorecen un buen clima. No
obstante, se debe tomar en cuenta que no existe un estilo de enseñanza puro,
sino combinaciones, o un estilo predominante que se combinan con otros esti-
los secundarios (Titus y Gremler, 2010).
En tercer lugar, el manejo de la disciplina —según Woolfolk (2010)— es
el conjunto de técnicas utilizadas para mantener un ambiente de aprendizaje
adecuado, es decir, libre de problemas de conducta que perjudican el tiempo de
aprendizaje. Santrock (2002) denió tres tipos. El primero, el estilo autoritario
de manejo de aula, es restrictivo y punitivo; este se centra de manera priori-
taria en mantener el orden en el aula, más que en el proceso de enseñanza-
aprendizaje. El segundo, estilo autoritativo, es el que alienta a los estudiantes a
autorregularse postergando la graticación, a partir de lo cual son más activos
e independientes en su aprendizaje. El tercero, el estilo permisivo, proporciona