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reseña: leyendo al estado desde el aula. maestros, pedagogía y ciudadanía
evaluación. Según cuenta el libro, de esta manera, se pretendía dar inicio a un
cambio curricular que priorizaba la formación de ciudadanos conscientes de
sus derechos y deberes.
Pasarían algunos años para que se denieran los principales lineamientos
de las políticas educativas. Documentos como la Ley General de Educación,
el Plan Nacional de Emergencia Educativa o el Plan Nacional de Educación
para Todos marcarían la pauta para dar inicio a los cambios curriculares. Sin
embargo, de acuerdo con las autoras, no sería sino hasta el 2010 y el 2012, con
los Mapas de Progreso y las Rutas de Aprendizaje, respectivamente, que se ela-
borarían materiales consistentes para facilitar que los maestros “traduzcan” los
cambios que buscaba el currículo. Se exigía así que los docentes pudiesen adap-
tarse a un nuevo modelo educativo, premunidos solo de algunos documentos.
Sin embargo, en buena cuenta, esto contribuyó a que, a pesar del cambio de
modelo, sean más las recurrencias que las transformaciones en el aula.
Esta exigencia, según explican las autoras, vino acompañada de un reque-
rimiento adicional: evaluar qué tanto los estudiantes estaban aprendiendo del
nuevo currículo. El Ministerio de Educación realizaría, entonces, mediciones
censales de estos aprendizajes a nivel nacional. Estas evaluaciones se siguen
aplicando de manera consistente, por lo que se han convertido en una práctica
estatal sistemática que ha sido capaz de trascender los constantes cambios po-
líticos. Por lo mismo, ha tenido una directa inuencia en la dinámica escolar,
desde las políticas de los gobiernos regionales hasta las relaciones entre los do-
centes, aun cuando no haya implicado un cambio sustantivo en sus prácticas.
Así, por ejemplo, el libro cuenta cómo la aplicación constante de esta eva-
luación ha tenido un impacto directo en el involucramiento de la comunidad
educativa. Dicho involucramiento responde a que funcionarios, directores,
docentes, padres y estudiantes no solo están al tanto de ella, sino que, además,
tienen una valoración positiva de la misma. Asimismo, la evaluación ha tenido
un impacto en la ambientación de las escuelas, pues, en numerosos casos, es
posible ver paneles motivando a mejorar los resultados. Si bien puede que no
necesariamente se esté al tanto de lo que signican los resultados en relación
con las habilidades aprendidas, los resultados son de conocimiento público, y,
en algunas ocasiones, sirven para la buena publicidad y el posicionamiento de
las instituciones educativas.
La demanda por los buenos resultados en la evaluación censal no sola-
mente es un factor determinante al momento en que los padres escogen en
dónde matricular a sus hijos, sino que, además, ha hecho que algunos direc-
tores, ante la alta demanda, opten por realizar procesos de admisión en sus
instituciones. Del mismo modo, se pueden apreciar cambios al interior de las
escuelas, como la implementación de horarios de “refuerzo” o la presión y las
relaciones de desconanza entre docentes. En resumidas cuentas, a diferencia
del currículo, la evaluación censal ha tenido impactos concretos en el quehacer
de las escuelas. Sin embargo, aunque es posible reconocer cambios positivos
para la comunidad educativa, políticas como los estímulos económicos para las