Revista Peruana de Investigación Educativa
2021, No. 14
ISSN: 2077-4168
Reseña sobre Cuenca, R. (2020).
La misión sagrada: Seis historias sobre qué es ser docente en el Perú.
Instituto de Estudios Peruanos.
Liliana Aidee Muñoz Guevara
Universidad Peruana Cayetano Heredia
liliana.munoz@upch.pe
Recibido: 03/06/2021
Aprobado: 01/07/2021
A menudo, algunas de las experiencias que vivimos nos despiertan una serie de pensamientos y reflexiones; en algunos casos, cuestionamientos que nos llevan a desarrollar estudios e investigaciones que, además de responder a nuestras preguntas, aportan a un mayor conocimiento y entendimiento de nuestro entorno. En este caso, Ricardo Cuenca nos cuenta que la primera vez que asistió a uno de los talleres de capacitación para profesores, como parte de la estrategia del Plan Nacional de Capacitación Docente (Plancad), despertó en él una serie de preguntas que lo han acompañado a lo largo de su vida académica y que, de alguna manera, trata de responder en este libro. ¿Quiénes son los docentes?, ¿qué hace que efectivamente decidan ser docentes?, ¿cómo así se consideran profesionales?, ¿cómo es para ellos el proceso de construirse profesionales?, ¿reflexionan sobre este proceso y esa construcción? El autor nos explica, a lo largo del texto, cómo estas preguntas son imprescindibles para comprender el papel que ha tenido y seguirán teniendo los docentes en los procesos de reforma de la educación en el país y, en función de ese papel, en el éxito de tales reformas para la mejora de la educación peruana.
Este libro se centra en la reconstrucción de la vida personal, formativa y laboral de seis docentes. A través de sus relatos de vidas, el autor nos invita a comprender cómo construyen su identidad profesional, porque nos lleva conocer, desde sus propias voces, su opción por la docencia, la manera como descubren la vocación, las ideas que tienen acerca del trabajo y sobre el reconocimiento de su profesión. En ese sentido, el enfoque biográfico-narrativo es un método que nos permite “comprender los hechos sociales desde las vidas individuales” (p.18); es decir, pone en valor “la subjetividad de los actores como elemento que articula los sujetos con la vida social” (p.19)
La idea tradicional de ser docente se ha limitado siempre a la de un sujeto que enseña a sus alumnos. Sin embargo, esta tarea es multidimensional y, por ende, bastante compleja. En el presente, los profesores y las profesoras no se limitan al desarrollo del contenido literal de la currícula y los planes de estudio, sino, por el contrario, toman en consideración diversos aspectos de las dimensiones cognitiva, emocional y afectiva, que antes no se trabajaban. De este modo, el enseñar no solo busca el intercambio y la producción de conocimientos y habilidades, sino que busca la propia realización de los seres humanos. De la misma manera, los docentes que participan en este texto señalan que el desarrollo de esta tarea va de la mano con el sacrificio, la entrega, la dedicación y el aprecio a su vocación, así como con la coexistencia de diversos tipos de profesionales —el docente técnico, el docente crítico, el docente intuitivo, el docente semiprofesional, etc.—, perfiles que son recogidos y brevemente analizados en este libro. Todas estas dimensiones se unen con el propósito de poder transmitir conceptos, ideas, conocimientos, contenidos que aporten a la formación y al desarrollo de las personas. Así, la docencia va más allá de la transmisión de contenidos y competencias curriculares, dado que el buscar la formación integral de las personas supone la necesidad de la adaptación constante a los cambios culturales, sociales e históricos que permiten cierto dinamismo en la profesión.
Para Cuenca, la esencia de ser profesor se rige por su identidad. Un primer aspecto que desarrolla es que la identidad profesional gira en torno a las transformaciones multidimensionales que suceden a lo largo del tiempo y de la sociedad. El autor reconoce una transición en la visión social del docente, que pasa de ser un sujeto no reconocido a uno que sí lo es, debido a los avances sociopolíticos que se han ido incorporando en las últimas décadas. Si bien actualmente en el país hay una serie de discursos y acciones de empoderamiento hacia esta profesión, es necesario reconocer desde una mirada crítica que aún falta mucho por hacer. El país reconoce que los profesores y las profesoras son agentes vitales en el sistema educativo y en la formación de ciudadanos, pero aún no se ejecutan medidas para que puedan mejorar su profesión multidimensionalmente, tanto a nivel del sistema donde laboran como de la sociedad de la que forman parte.
Un segundo aspecto se relaciona con el hecho de que la identidad profesional se conforma como una parte del movimiento social docente en sí mismo, pero también en el marco de sus individualidades, al tratarse de seres independientes. Es decir, aunque se pueden compartir ciertas características comunes —como la trascendencia de su rol en la sociedad y su búsqueda por la acreditación profesional—, también hay elementos que los vuelven únicos, debido a la experiencia personal que tiene cada uno al ejercer su profesión. De esta manera, la profesión docente es un fenómeno complejo y diverso, que comparte ciertas características en la esfera laboral y que a su vez incorpora la individualización de cada uno.
Al recoger las historias de cinco profesoras y un profesor que representan las diversas voces de los docentes del Perú, este libro se convierte en una forma privilegiada de acercamiento para tratar de comprender cómo los docentes construyen su identidad profesional a partir de las nociones de trabajo, vocación y reconocimiento. Asunción, por ejemplo, reconoce que nació para ser maestra, porque tiene una vocación que le es innata. Ella señala que le gusta ayudar, y compartir valores y acciones que toda maestra debe tener para poder enseñar a las futuras generaciones. Georgina, por su lado, enfatiza en la enseñanza y la necesidad de ser crítica. Su rol como maestra es hacer que sus alumnos piensen y se cuestionen, que sus estudiantes busquen e indaguen las respuestas que desean tener. Asimismo, Georgina admite la importancia del docente al ser un ejemplo para sus alumnos. Laura, quien representa a la maestra que se siente orgullosa por los logros de sus estudiantes, señala que es responsabilidad de los profesores ser agentes de conocimiento para sus alumnos. Desde su experiencia, Manuel enfatiza en su vocación de ser maestro y el contacto directo que tiene su profesión con los niños y las niñas, y cómo a través de distintos enfoques se puede contribuir a formarlos de manera integral. Mientras, Mariela busca constantemente innovar, porque para ella es importante enseñar de una forma diferente a la educación que ella recibió. Además, reconoce que la niñez peruana necesita de profesores con vocación, que busquen un impacto real y positivo en la sociedad. Finalmente, Martha señala que se puede aprender valores de los modelos educativos, y que la autonomía a través de la práctica del alumnado es imprescindible para que se pueda desarrollar y adquirir los aprendizajes esperados.
Todos comparten la vocación por ser docente. Este es el motor que impulsa a desarrollar su trabajo y cumplir la misión sagrada de esta profesión. Así, por ejemplo, Asunción y Laura encuentran que su ejercicio profesional es placentero y regocijante, porque saben que están aportando al desarrollo de una mejor sociedad en el momento en que forman personas en sus primeras etapas de vida. De manera similar, Mirtha siente una gran satisfacción cuando ve que sus alumnos pueden lograr lo que se proponen y saber que ella es uno de los agentes que los impulsa. Vale la pena mencionar que tanto Laura como Manuel reconocen que su profesión tiene una finalidad y son conscientes del gran objetivo que implica el ser educador. Simultáneamente, la vocación no solo se esboza en sentimientos o sensaciones, sino también en un compromiso por la trascendencia en sí misma: el amar lo que se hace y saber que se nació para ello.
Como hemos mencionado, el libro presenta una estructura que prioriza las historias de seis docentes. No obstante, tiene un primer capítulo que revisa la literatura para discutir aspectos de la identidad profesional de los docentes, lo cual permite seguir una reflexión a lo largo del texto. El segundo capítulo presenta las historias de los docentes, precedidas por una breve descripción del contexto sociopolítico educativo en el que desarrollan su trabajo en el momento de la entrevista. En el siguiente capítulo, se realiza un análisis de las representaciones acerca de trabajo, vocación y reconocimiento, implícitas en los relatos de vida de los docentes. El último capítulo plantea algunas conclusiones a las que se llega a partir de las reflexiones presentadas a lo largo del libro.
Ricardo Cuenca termina el libro reflexionando sobre la construcción de la identidad profesional. Para el autor, esta necesita concebirse como digna de veneración y respeto por sobre todas las cosas. Por ello, utiliza la metáfora de la “misión sagrada”, en tanto “lo sagrado” tiene el doble carácter de “santo” y “sacrílego”, es decir, de lo que está prescrito por garantía divina y de lo que se halla prohibido por la misma. Para Cuenca, la tríada trabajo, vocación y reconocimiento constituye la sagrada misión de formar personas y, por tanto, de ser un profesional en la docencia.
Finalmente, la decisión de ser maestro se vincula directamente con los efectos trascendentales que tiene la profesión. Eso lo podemos ver hoy, que vivimos un estado de pandemia que ha puesto al sistema educativo en una posición de enfrentar grandes desafíos. Los y las docentes son claves para hacer frente a esta situación, y, gracias a su trabajo, vocación y reconocimiento, hemos logrado superar varias de las adversidades. La misión sagrada del docente encuentra un lugar especial en nuestra sociedad, y, por eso, su trabajo debe ser reconocido y reivindicado en su dimensión profesional.
En ese sentido, coincidimos con el autor al señalar que la valoración de la profesión ha mejorado ligeramente, pero aún queda mucho camino por recorrer, sobre todo, en aspectos como “la mejora de la formación inicial de los docentes y la articulación de esta con la formación superior en el nivel terciario de la educación y en lo relacionado con distintas mejoras en las condiciones de trabajo de los docentes (salarios, infraestructura, equipamiento, salud ocupacional, etc.)” (p.14). Reiteramos la necesidad de intensificar la reforma y atender estos aspectos pendientes, pero tomando en cuenta “la identidad profesional de los docentes como una característica esencial para el éxito de una mejor educación en el Perú” (p.14).